cambios

Hoy he tenido un sueño. Era un sueño encantado pero muy tranquilo. Tú crecías lejos de mí. Te dejaba abandonado, sin saberlo y sin sentirlo, y crecías. No recuerdo la transición, quizá me dé demasiado miedo como para verla; quizá simplemente no es lo importante aquí, aunque pretenda serlo. Vivía tranquila sin tenerte y creo que no temía al rechazo porque no apareció en mi mente. Eso me tranquiliza y seguramente me reponga el ego. A lo mejor, nada. Ya no me importa. Hoy he tenido un sueño durante todo el día. Comiendo con mis amigos, pensando sobre algo que no he estudiado. Confiando en la incertidumbre como pocas veces. Dándome paz, dándome tiempo. Limpieza, dolor de cabeza, comida y música. Lagrimas de decepción y momentos de introspección; en mí y en ella. He limpiado el cristal de mi habitación jugando con Silvia. Ha estado muy lindo. Verduras con pasta y mi perro persiguiéndome en la cabeza. Tú lleno de disfraces creciendo en mi imaginación. Regresaba a verte; al tiempo desconocido. Sin ansia, sin desgana. Tu rincón estaba ordenado, brillante, luminoso. Tenías las habitaciones de tu mente ordenadas, una a una. Caminabas con dos patas. Se te había caído el pelo innecesario. Veía la evolución de la humanidad en ti; encerrado, crecido. Mi mejor deseo; mi peor miedo. Abría los ojos en este instante. No los he abierto en todo el día. No me atormenta que te marches. No me atormenta confiar en lo que tenga que ser, en lo que el destino me depare. Esto es así ahora. Yo también tengo miedos, te lo prometo. Temo que no sea feliz a tu lado, temo que no me inspire contigo, que no vuele, que no sepa sentirme especial y hermosa. Temo también, amor. Y esto lo necesito yo, como tu, aunque me lo niegue. Necesito ver cómo soy más feliz. Sentada en mi sofá, intentando ignorar el dolor de mis entrañas, decido hacer algo. Me levanto otra vez, una vez más, y decido ir a ordenar mis hilos soñando un sueño. Soñando contigo sin necesitarte y sin desearte. Queriéndote.
Esto se acaba. Noto el desamor tan dentro que simplemente ya ni me duele. presiento que yo lo necesito más que él.